El piloto británico Lewis Hamilton tendrá que abonar 335 mil 700 dólares por su licencia para correr este año en la Fórmula Uno, después de haber pagado sólo mil 725 en el 2007, en su exitosa temporada debut en la categoría.
Sólo el finlandés Kimi Raikkonen, quien venció con su Ferrari por apenas un punto al corredor de McLaren en la lucha por el título, desembolsará más dinero.
El presidente de la Federación Internacional del Automóvil, Max Mosley, confirmó el lunes que la entidad rectora de la Fórmula Uno decidió que las superlicencias de la categoría sean mucho más costosas que en el pasado.
"Gastamos una fortuna en seguridad y la mayoría de eso es para beneficio de los pilotos", dijo Mosley a periodistas en un almuerzo.
"Un montón de gente dijo, 'Esperen un minuto, todos estos pilotos ganan muchísimo dinero y nosotros estamos gastando una fortuna para tratar de garantizar su seguridad'. Por lo tanto, (se dispuso) el aumento", agregó el directivo.
La FIA dijo que la superlicencia obligatoria, que el año pasado costaba como mínimo mil 725 euros, más 456 agregados por cada punto sumado en el campeonato de la temporada anterior, se incrementará ahora a 10 mil euros, con 2 mil adicionados por cada unidad lograda.
Hamilton ganó cuatro competencias en el 2007 y cosechó 109 puntos, contra 110 de Raikkonen, quien arrebató el título al novato británico en la última carrera de la temporada, el Gran Premio de Brasil en Sao Paulo.
De todos modos, es probable que el costo de la súper licencia sea menor que la cantidad de dinero que Hamilton gana por semana. El inglés, de 23 años, acordó este mes un revisado contrato por cinco años con McLaren y permanecerá vinculado a esa escudería hasta el 2012.
Algunos diarios estimaron que el primer corredor negro de la F1, quien se mudó recientemente a Suiza por motivos impositivos, embolsará como mínimo 10 millones de libras esterlinas por año, con sumas adicionales significativas en bonos y provenientes de patrocinio.
Mosley también señaló que le habían escrito pilotos remarcando que son ellos, y no los equipos, los que pagan las licencias, pero insistió en que el aumento no debería ser "un drama" si "alguien gana 30 millones o algo así".
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